Sant Elm es un antiguo pueblo de pescadores que se ha convertido en un pequeño centro turístico, tranquilo y acogedor, formado por casas de veraneo y residenciales, donde se puede encontrar una variada oferta en restaurantes, bares y una pequeña área comercial.
Este núcleo costero, antiguamente, era conocido como la Palomera, donde las tropas del rey Jaime I fondearon antes de desembarcar en Santa Ponça, en 1229. Hasta principios del siglo XX, Sant Elm vivía de la pesca y la salazón de pescado.
Esta zona tiene una herencia patrimonial histórica muy importante y valiosa. Por una parte, recuerdo del paso del rey Jaime II es el antiguo hospital de marineros con una capilla, conocido como la torre de Sant Elm. Por otra parte, la Trapa, en donde una comunidad de monjes construyó un monasterio, hacia el año 1810. Finalmente, las torres de defensa de cala en Basset y la de Llebeig en la isla Dragonera, como vestigios de las fortificaciones defensivas para prevenir los ataques piratas y corsarios.
Otro aliciente de Sant Elm son sus playas de arena fina, sa Gran y sa Petita; o las de guijarros, como la de cala es Conills y cala en Basset, que son espléndidas para refrescarse y tomar el sol.
Sant Elm dispone de una pequeña y óptima oferta de alojamiento y de restauración. El mediodía y la noche son momentos excelentes para probar las delicias de su cocina en los diferentes restaurantes, disfrutando de magníficas vistas al mar y a la Dragonera.
Espacios Naturales, rutas a pie, patrimonio histórico, playas de gran belleza y facilidades para la práctica de deportes náuticos son algunos de los atractivos que Sant Elm ofrece a sus visitantes. Ideal para el turismo familiar y para gozar de la naturaleza, Sant Elm tiene el privilegio de contar con dos lugares de excepcional interés: el Parque Natural de la isla Dragonera y la Reserva Natural de la Trapa.